SANTO DOMINGO. “Desde ese día mi familia no somos lo que éramos. Overnys que era una persona tan dinámica, tan alegre. Han pasado tres años dos meses y nueve días y para mí es como si no hubiese pasado”, expresó con indignación Casilda Guerrero durante el juicio contra los acusados de asesinar a su hijo, junto a Ángel Javier, alias Mayimbú, el 17 de enero de 2015.
Tanto ella, como los demás familiares de las víctimas describieron la pesadilla que ha supuesto la pérdida de sus parientes durante la última audiencia del caso en el Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, por el que están implicados el empresario del transporte Arsenio Quevedo, el exregidor Erickson de los Santos Solís, Amauris Cabrera Martínez, Danilo Octavio Díaz y Cristino Batista.
“Ellos no van a volver, ellos se están desintegrando en la tumba”, dijo Casilda al referirse a la jueza Giselle Soto, presidenta del tribunal, la cual dará a conocer el veredicto final del caso el próximo día 13 de marzo.
Además de Casilda, otros familiares de las víctimas pidieron la pena máxima contra los acusados.
Mientras que De los Santos Solís aseguró ante el tribunal que no tiene nada que ver con el caso. También Cristino Batista negó cualquier tipo de vínculo con el grupo acusado de sicariato.
Quevedo se defiende
“Nadie puede señalarme a mí ni en ese hecho ni en otro, porque yo nunca he tenido problemas ni siquiera con la persona que está patrocinando ese asunto que es Juan Hubieres”, dijo Quevedo. Aseguró que en los dos años y tres meses que lleva preso ha bajado 49 libras y “han sido de mucho pesar y amargura”. Afirmó que su “infierno” comenzó cuando rehusó reclamar unos autobuses del Estado y se opuso a desarrollar un programa de huelgas con Hubieres.
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