viernes, 2 de marzo de 2018

Firmó solo el 4.8% de los jóvenes se inscribieron como Julio 2 en el 2017

SANTO DOMINGO. Para ganarse el premio mayor de una lotería hay esperanza mientras se respira, pero para ser fichado por un equipo de las Grandes Ligas tiene que coincidir el talento y la edad como en la música, que es una combinación de sonidos y tiempo.
Una visita por cualquier “play” del país, ya sea en Barahona o en Hato Mayor, en Santiago o el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, en la mañana o la tarde, de lunes a sábados, arroja una idea del número de adolescentes que se entrenan con el fin de entrar en ese error estadístico de un dígito que lo logra.
En 2017, hubo 3,802 adolescentes dominicanos que suministraron sus datos personales por primera vez ante la Major League Baseball para estar habilitados para fichar. Pero de ese grupo de niños que cumplió 16 años entre octubre de 2016 y septiembre de 2017 apenas 186 lograron dar en la diana y firmar el contrato de 35 páginas, que lo vincula a una de las 30 organizaciones.
Es decir, solo el 4.8% de los conocidos como “Julio 2”, esa edad dorada en la que el valor de un prospecto trepa su punto más alto, logró ese sueño de ingresar a los laboratorios que procesan a los mejores peloteros del mundo.
Fue tan valioso ser Julio 2 que ese grupo (que representó el 38% de los firmados) se llevó US$51,314,500 de los US$66,604,500 que destinaron los equipos a reclutar 486 jugadores, según datos suministrados por la MLB a DL.
Una cifra más gráfica muestra que un chico de 16 años firmó por un promedio de US$275,884, mientras que uno de 17 bajó a US$65,209. En otras palabras, ser un año o meses mayor redujo en cuatro veces el valor de un jugador.
¿Varía tanto un prospecto entre un año y otro?
“Los de 17 años ni siquiera los equipos los quieren ver”, dice un entrenador que pide la omisión de su identidad. “Quieren ver los de 14 y 13 años, ya los de 15 y 16 o están amarrados o tienen reportes”.
Esa búsqueda implacable por descubrir y atar los talentos a la menor edad posible es el más reciente quebradero de cabeza que tiene la MLB, en su arduo trabajo por controlar el mercado de fichajes en América Latina, que tiene a la República Dominicana y Venezuela como los principales destinos.
En la tierra de Bolívar, en 2017 se inscribieron 2,106 nuevos “Julio 2” para firmar. Pero fueron 199 los que convencieron a los equipos, el 9.4%, que recibió US$46,484,000 de los US$55,005,000 destinado por las organizaciones a los paisanos de Nicolás Maduro y Miguel Cabrera.
Las cifras de 2017 en Dominicana son mejores que las de 2016 y las de 2018 prometen superar a ambas, un fenómeno que obedece a la disponibilidad de material y a la capacidad que han tenido los entrenadores de interpretar las demandas de los equipos y ajustarse a ellos.

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