Nicol es estudiante universitaria, trabaja en una banca de apuestas y devenga un salario de seis mil pesos mensuales. Ella había cobrado su regalía pascual, la quincena y tenía mil pesos más. Sus 10 mil pesos eran para pagar la universidad y comprar algo de ropa para estrenar en las navidades.
Su ilusión se transformó en uno de los peores episodios que pudiera pasar una jovencita de 19 años, cuando al abordar un minibús de pasajeros, en la avenida Duarte esquina México, se da cuenta de que son asaltantes, que además de quitarle el dinero querían abusar sexualmente de ella y otra compañera.
“Yo andaba con una amiga mía, con Maricela, entonces nos montamos en una guagua normal que va conchando. Tenía cuatro gente adentro, dos hombres, el chofer y una mujer adelante que se había montado, entonces en vez de seguir para la Duarte doblaron, cerraron la guagua y comenzaron a subírsenos arriba, dándonos golpes, y manoseándonos, yo nunca había pasado una cosa así en mi vida. Yo no he podido parar de llorar desde que nos pasó eso. Ellos nos tiraron de la guagua y a mí me dio un ataque de nervios, me tiré en el piso y me puse a temblar”, dice la joven.
La madre de Nicol y su abuela cuentan la acción de los asaltantes, ante el nerviosismo de Nicol, quien está tramitando la querella en la Fiscalía, donde el único detenido por el hecho llegó con seis abogados, según narran las damas.
Explicaron que los atracadores se mantuvieron dando vueltas en la ciudad buscando una zona desierta para arrojarlas a las tres.
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