Un día como hoy el país recuerda la gesta expedicionaria que ocurrió el 14 de junio de 1959, cuando un grupo de hombres buscaba ponerle fin a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Enrique Jiménez Moya, comandante en jefe del Ejército de Liberación Dominicana, arribó al país el 14 de junio de 1959, en un avión pintado con las siglas de la fuerza aérea de Trujillo. El aterrizaje se produjo en el aeropuerto militar de Constanza, una ciudad dominicana enclavada en las montañas.
En el avión, piloteado por el venezolano Julio César Rodríguez y el expedicionario dominicano Juan de Dios Ventura Simó, ex capitán de la Fuerza Aérea Dominicana, vinieron cincuenta y seis combatientes. El aparato emprendió vuelo después de dejar en tierra a los expedicionarios.
El aterrizaje debió realizarse inicialmente en San Juan de la Maguana, pero las condiciones atmosféricas imperantes en ese momento en la República Dominicana, obligaron a los expedicionarios a dirigirse hacia Constanza.
Al pisar tierra dominicana, Jiménez Moya y sus acompañantes intercambiaron disparos con militares que se acercaron al aparato para indagar sobre el aterrizaje. Luego se internaron en las montañas. El arribo del avión se había coordinado con la llegada simultánea de lanchas que conducían a los demás expedicionarios, pero se presentaron inconvenientes que retardaron el desembarco marítimo hasta el 20 de junio.
En esa fecha, arribó al país por Maimón la lancha «Carmen Elsa», comandada por el doctor José Horacio Rodríguez, egresado de la Universidad de Harvard. Ese mismo día desembarcó en la playa de Estero Hondo, la nave «Tinina» con José Antonio Campos Navarro, como comandante de otro grupo que llegó al país en ella.
Un número considerable de guerrilleros que arribaron a la República Dominicana por Maimón y Estero Hondo murieron en el desembarco cuando fueron atacados por unidades navales y aéreas del régimen de Trujillo. El resto se internó en las montañas, donde libraron combates con las tropas del gobierno hasta que fueron apresados o muertos.
Perseguidos por las tropas trujillistas, denunciados por campesinos con los cuales establecieron contactos y bajo el permanente acoso del hambre, los combatientes del Ejército de Liberación Dominicana, fueron aniquilados poco a poco.
Juan de dios Ventura Simó fue capturado el 17 de junio, mientras que el comandante Jiménez Moya murió a fines de ese mes. Diezmados y dispersos en las frías estribaciones de Constanza, los expedicionarios de junio libraron intensos y desiguales combates contra las tropas del régimen. El 30 de junio se libró uno de los más grandes encuentros con las tropas trujillistas.
Se presume que el 4 de julio de 1959 fue aniquilado el último grupo de guerrilleros de Constanza, porque en esa fecha se interrumpió el diario de campaña de Juan Enrique Puig Subirá (Johnny).
La mayoría de los expedicionarios capturados por el régimen de Trujillo fueron torturados en las cárceles del gobierno, especialmente en «La 40» y en «El 9».
Sobrevivieron a la gesta de junio los dominicanos Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas, Francisco Medardo Germán y los cubanos Delio Gómez Ochoa y el jovencito Pablito Mirabal. Gonzalo Almonte Pacheco, un expedicionario que después de ser apresado fue fotografiado junto a su madre, mientras Trujillo supuestamente lo amnistiaba, fue ultimado varias semanas después por personeros del régimen.
En la expedición participaron exiliados dominicanos de varias tendencias políticas entre quienes se incluían marxistas y demócratas liberales.
La gesta de Constanza, Maimón y Estero Hondo produjo un recrudecimiento de la oposición política nacional e internacional contra el régimen de Trujillo. Inspirado el ideario político de los expedicionarios de junio, fue organizado un movimiento clandestino denominado «14 de Junio» bajo la dirección del doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo). Esa organización adoptó el Programa Mínimo que enarbolaron los participantes de la gesta de Constanza, Maimón y Estero Hondo.
Los restos expedicionarios de junio reposan en monumento levantado a su memoria por la Fundación de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo.
En ese monumento también se guardan para recuerdo de las generaciones venideras, cantimploras, botas, banderas, así como diversos objetos personales de los expedicionarios.
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