SAN JUAN. El Senado de Puerto Rico ordenó este martes a las agencias del gobierno que expliquen por qué decenas de miles de personas en áreas rurales continúan sin electricidad y en albergues apropiados, mientras crece la indignación en la isla por la carencia de servicios básicos siete meses después del paso de los huracanes Irma y María.
Las agencias tienen cinco días para presentar un plan sobre cómo y cuándo atenderán las necesidades de los pueblos rurales, una orden que se produjo mientras la policía de un pequeño poblado situado en las montañas de la isla impidió que las cuadrillas de electricistas fueran a otro poblado por órdenes de la compañía de electricidad. A la protesta se unió el alcalde y docenas de personas que señalaron que casi el 40% de los habitantes del municipio de Las Piedras siguen sin servicio eléctrico.
“De verdad es injusto”, dijo Rafael Jiménez, de 62 años, residente del municipio. “No tengo problema que otros pueblos reciban luz porque es una necesidad nacional, pero nosotros también la necesitamos”.
La situación atrajo la atención de altos funcionarios gubernamentales de Puerto rico y terminó horas más tarde cuando la compañía eléctrica prometió que mantendría a los trabajadores en Las Piedras hasta que el servicio fuera restablecido en su totalidad. Justo González, subdirector ejecutivo de la compañía, dijo en un comunicado que está comprometido a restablecer la electricidad a todos los habitantes, pero que impedir que los equipos salgan solo retrasaría las labores.
Más de 33.000 clientes en todo Puerto Rico continúan sin energía, incluido Jiménez, quien señaló que ha gastado cientos de dólares para mantener funcionando un pequeño generador que ayuda a que sus familiares sigan con vida.
El puertorriqueño cuida a su abuela de 97 años, quien está postrada en una cama y depende de un tanque de oxígeno, así como de sus padres ancianos. Su madre necesita insulina, la cual debe estar en refrigeración.
La familia ha estado sin luz desde el paso del huracán Irma, que el 6 de septiembre del año pasado arrasó la costa noreste de la isla como un ciclón de categoría 5. El 20 de septiembre, María golpeó Puerto Rico como tormenta de categoría 4, ocasionó la muerte de docenas de personas y daños por más de 100.000 millones de dólares.
“La gente no se encuentra bien”, dijo Miguel López, alcalde de Las Piedras, a The Associated Press. Apuntó que hay mucha gente mayor en su localidad y que “están sufriendo”.
Los alcaldes de poblados rurales de Puerto Rico se quejaron recientemente de que están siendo olvidados, provocando que el presidente del Senado de la isla ordenara el lunes que las agencias, incluida la compañía eléctrica, el Departamento de Transporte y la autoridad de vivienda, emitieran un plan de restauración y un calendario para cumplir con las necesidades expresadas por los alcaldes.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, encargado de supervisar las labores federales de restauración en la isla, ha dicho que tiene previsto restablecer la energía a toda la isla para fines de mayo. Muchos desconfían de ese cronograma, incluidos los legisladores federales que han solicitado que la misión de la agencia se extienda debido a que la temporada de huracanes en el Atlántico comienza el 1 de junio.
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