miércoles, 17 de junio de 2020

Las tortugas dan vida a otras especies al mejorar sus hábitats

Cada tortuga tiene su encanto y particularidad. República Dominicana se goza de que tres de ellas anidan en sus playas.

Su mayor amenaza es la contaminación por plásticos en los océanos y la caza fortuita, que las mantiene en peligro de extinción.

Al conmemorarse cada 16 de junio el Día Mundial de las Tortugas Marinas, vale poner en contexto, el rol trascendental que juegan en los ecosistemas que habitan, tanto terrestres como en los marítimos.

“Tres de estas anidan en nuestras playas: la carey (Eretmochelys imbricata), que es la más pequeña, y mide de 0.5-1 metro; le sigue la verde (Chelonia mydas), de uno a 1.2 metros y de último está la tinglar (Dermochelys coriacea) la más grande del mundo de 1.2 a 2.4 y pesa hasta mil trecientas libras”, detalló la bióloga marina Rebecca García Camps.

Su madurez
La profesional que labora para el Proyecto de Biodiversidad Costera y Turismo a través del Ministerio de Medio Ambiente, resalta que para que una de estas tortugas alcance la madurez sexual, se estima debe esperar de 15 a 50 años dependiendo de la especie. (Bjorndal, K.A, & Zug, A. (1995). Growth and age of sea turtles. Biology and Conservation of Sea Turtles.

Cuando obtienen la adultez, las madres vienen a la playa a hacer sus nidos y los huevos duran un intervalo aproximado de 60 días para eclosionar, según la variedad y el clima; emergen de su nido y hacen su primer recorrido para llegar al mar.

“Para los varones, esta será la única vez que estarán fuera del agua, pero las hembras cuando lleguen a su madurez sexual podrán retornar a esa misma playa para seguir los pasos de sus antecedentes”, comenta la bióloga.

Al ser bebés o neonatos, estas tortuguitas tienen un menor chance de sobrevivir, y se estima que solo uno de mil neonatos llega a la adultez.
Aportes
Cuenta García que la verde pastan las praderas marinas y las hacen más productivas, proporcionando hábitat a otras especies; limpian el agua, protegen las costas de la erosión y secuestran el carbón.

Las carey comen esponjas, ayudando así a la protección de los arrecifes de corales, que a su vez son los animales que proveen el hábitat del 25 por ciento de las especies marinas; evitan la erosión, y proveen la arena blanca que atraen a gran cantidad de turistas.

La tinglar puede comer hasta el 73 por ciento de su peso corporal en medusas todos los días, y es la única que posee una coraza parecida al cuero en vez de una ósea.

Pasan la mayor parte de su vida en el océano y cuando llegan a la costa a hacer sus nidos, proporcionan muchos beneficios, ya que los huevos que no eclosionan sirven como fertilizantes a plantas costeras, las cuales ayudan a estabilizar las dunas de arena y protegen de la erosión.

Iniciativa

— Manual
Para la ocasión el Ministerio de Medio Ambiente lanzó el “Manual de Protección y Conservación de las Tortugas Marinas en República Dominicana”, a fin de concienciar sobre la necesidad de cuidarlas.

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