Por el caso de sobornos para la compra de los ocho aviones Super Tucano ya nadie estará en la cárcel. Esto así ya que se dispuso ayer la libertad del único que cumplía prisión preventiva por el hecho.
Ayer, el Cuarto Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional le varió al coronel Carlos Piccini Núñez la medida de coerción de prisión preventiva a garantía económica y presentación cada vez que se le cite.
Así lo informó su abogado, Alejando Tejada, quien además dijo que la garantía económica es de 1 millón de pesos bajo la modalidad de fianza.
Piccini Núñez va a cumplir el próximo día 18, tres años de prisión preventiva, siendo el único que está recluido en una cárcel por el caso de sobornos para la compra de los aviones.
El jurista Tejada calificó estos tres años de prisión preventiva como una pena anticipada, ya que dijo la pena mínima imponible en los ilícitos penales que se le imputan son de tres años y que se ha violado el principio de igualdad.
Dijo que le expuso a la jueza Raquel Astacio en la audiencia para revisarle la medida de coerción al imputado, de que si verificaba la instancia por la cual se solicitó prisión preventiva como medida de coerción se vería que la acusación que se le presentó es menos gravosa que la instancia inicial.
“Pues la misma era por un monto de más de 3 millones 520 mil dólares y el Ministerio Público en 18 meses de investigación solo pudo determinar que se recibieron 178 mil dólares, por lo de consecuencias es menos gravosa”, indicó el jurista.
Previo al inicio de la audiencia Piccini Núñez afirmó que “este caso ha estado matizado por el abuso y la falta de objetividad”.
Mientras que la audiencia preliminar fue aplazada nueva vez para el 26 de agosto ya que uno de los imputados que debía estar presente mandó una excusa por problemas de salud.
Asimismo, para que el Ministerio Público (MP) entregue a las partes en físico y no en CD como los depositó en el tribunal, la nueva documentación sobre el caso, contenidas en tres cajas, que obtuvieron a raíz de una acuerdo con la Empresa Brasileira de Aeronáutica (Embraer), la cual admitió haber pagado US$3.5 millones en sobornos para la compra de las aeronaves.
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